domingo, 22 de noviembre de 2015

Las cosas no son iguales desde aquel momento


Por Vicente Román
El 20 de agosto del 2011 se vivió un episodio único en el mundo, en el complejo deportivo Territorio Santos Modelo (TSM), hoy propiedad del grupo Orlegi Deportes, durante un partido de la primera división de futbol mexicano entre el Santos Laguna y Monarcas Morelia ocurrió una balacera a las afueras del estadio, echo que hizo eco dentro del inmueble causando pánico entre las personas que se encontraban ahí, haciendo que todos se pusieran contra el suelo para tratar de resguardarse.
Enrique Silva, reportero de 28 años que estaba  en ese partido como prensa de palco para “Yo deportivo” vivió un episodio que jamás olvidará, “no nos dimos cuenta hasta que vimos a la gente agacharse y a los jugadores salir corriendo” fueron palabras del hoy fotógrafo de cancha, el impacto de ver el caos en las tribunas causo en él un estado de shock en el que permaneció por varios segundos en los que no se pudo mover ni tratar de ponerse a salvo.
Desde otro punto del estadio, un joven de 16 años llamado Damián Bambilla  que en esa época trabajaba en un bar llamado “Club” que está dentro del estadio lo vivía muy diferente, al escuchar las detonaciones se vio desesperado y trató de llegar a la zona donde estaban familiares por lo que poco le preocupaba resguardarse.
En el terreno de juego Juan Carlos Báez vivía uno de sus primero partidos como comentarista de cancha para TV Azteca Deportes, el reportero hacia un comentario para la transmisión a nivel nacional cuando se queda impresionado al ver que todos los aficionados se agachan y saltan a la cancha mientras los jugadores y árbitros salen corriendo hasta los vestidores.
 “Estaba haciendo un comentario sobre el partido cuando de pronto veo que toda la gente se comienza a tirar al suelo y lejos de alarmarme y hacer comentarios apresurados solo digo: algo está… me interrumpe el narrador y después sigo tratando de comentar lo que pasa pero sin alarmar  y solo diciendo lo poco que veía y escuchaba porque en realidad no se sabía si los disparos eran adentro o afuera del estadio, pero yo solo decía lo que alcanzaba a escuchar y ver desde donde estaba”
Algo de lo que alcanzó a ver Juan Carlos fue a la porra denominada “La Komun” que no dejaba de cantar y brincar a pesar de la situación, entre ese grupo de aficionados estaba Alfredo Morales, integrante de la porra y Sociólogo, “No nos damos cuenta hasta que la gente se tira al piso, el sonido de los tambores y de las trompetas ahogaba el sonido de las detonaciones”
En cuanto Alfredo vio la gente que se tiraba al piso por instinto y por la educación preventiva que había recibido hizo lo mismo, no obstante integrantes de la porra seguían cantando de pie como una acción de valentía y heroísmo, hasta que llegó el momento donde no pudieron más y también sucumbieron al pánico.
En el palco de prensa Enrique Silva al salir del shock logra resguardarse en la parte interior del palco donde ya se encontraban el resto de los periodistas que se encontraban en esa zona del Estadio Corona, los cuales estaban en un estado de pánico donde el llanto predominaba según la versión del reportero, “se escuchó un balazo que parecía que estaban adentro porque se escuchó muy fuerte”.
Damián Brambila seguían moviéndose al interior del estadio en zona de palcos donde dijo ver a guardaespaldas y seguridad privada con armas de fuego saliendo de las suites cargando cartuchos de sus armas listos para disparar.
Juan Carlos siguió narrando lo que pasaba y después de que paro la balacera el comentarista comenzó a platicar sobre la situación de inseguridad que se vivía en ese momento en toda la Comarca Lagunera y lo desagradables que eran las imágenes de toda la afición corriendo hacia la cancha envuelta en un pánico masivo según su punto de vista.
Alfredo Morales junto con un gran grupo de aficionados se introdujeron a la cancha para tratar de resguardarse por si regresaba el peligro, “Después de la catarsis tratamos de comunicarnos con nuestros familiares”, según el sociólogo los protocolos que siguió el Club Santos fueron los correctos al cerrar las puertas del inmueble y dar indicaciones minutos después del incidente.
Al salir del estadio había mucha incertidumbre por no saber qué había pasado, el ver patrullas ponchadas y elementos policiacos corriendo creaban una atmosfera de inseguridad según la versión de Alfredo.
En el palco de prensa también regresó la tranquilidad cuando llegaron elementos de seguridad e informaron que todo había pasado y que el enfrentamiento había sido fuera de las instalaciones del complejo deportivo.
El siguiente partido en el TSM fue el Santos Laguna vs Chivas que se disputo el 9 de septiembre del 2011, 20 días después del incidente, al cual tenían que asistir los mencionados (Alfredo Morales, Juan Carlos Báez, Damián Brambila y Enrique Silva).
Opiniones encontradas fueron las que dieron puesto que algunos si regresaban con temor a que sucediera otro evento de la misma índole y otros regresaban pensando que solo había sido una balacera mas como las que sucedían a diario en la región.
En lo que todos estuvieron de acuerdo es que el ambiente era de inseguridad, el Club Santos y el gobierno del estado montaron un operativo en el cual 1,200 efectivos policiacos y militares participaron dentro y fuera de complejo deportivo.
También montaron una campaña a la cual llamaron “Paz por México” donde previo al arranque del partido los jugadores de ambos equipos, árbitros y personal del Club Santos se unieron bajo el mensaje “Somos más por la paz” y al mismo tiempo dejaron volar globos blancos, acto que fue apoyado por la afición, que levantaron pañuelos blancos que les regalaron al entrar al estadio.
A 4 años de la balacera en el TSM el clima que se vive es diferente, no se ha recuperado la confianza que se tenía antes del suceso, “las cosas no son iguales desde aquel momento todo ha cambiado” fueron palabras de Alfredo Morales quien no se siente seguro en el Estadio y que acusa un maltrato por parte de las autoridades que también dice crean un clima de inseguridad al estar encapuchados.
En lo que los 4 entrevistados concordaron fue en que el horario de los partidos en una mezcla con el sucedo del 20 de agosto del 2015 y la prepotencia de los elementos policiacos hacen sentir hostigado e inseguro al aficionado que acude cada 15 días al Estadio Corona.


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